Detecta si tu peque tiene terrores nocturnos o pesadillas

Siempre que pongo una cajita en Instagram, (si no me sigues, sígueme como @soyaliciamarques) hay una pregunta que se repite y es:

¿Cuál es la diferencia entre terror nocturno y pesadilla?

Pues bien, ambos están muy relacionados porque son emociones negativas que suceden mientras nuestros peques duermen, pero en realidad son totalmente distintos.

Las pesadillas

No aparecen hasta que tu peque está alrededor de los 2 años de edad, que es cuando a nivel cerebral se inicia la imaginación y con eso su cerebro puede imaginar, pero también puede imaginar cosas negativas y generarle pesadillas mientras está durmiendo.

Las pesadillas suceden en la segunda o en la tercera parte de la noche, habitualmente más en la tercera parte. Nunca en la primera parte de la noche. La primera parte de la noche son las dos horas y media o tres siguientes a su hora de dormir. Desde que tu peque se va a dormir hasta las dos horas y media, tres, si algo sucede ahí a nivel de agitación, no es una pesadilla. Además, las pesadillas suceden en el sueño REM, que es ese sueño activo donde sus ojos están en movimiento debajo de los párpados.

Los terrores nocturnos

Aparecen en la primera parte de la noche. Aquí sí, que si tu peque se va a dormir a las 8 y le sucede algo alrededor de las 9, 10, 10:30, eso es un terror nocturno. Esto es así porque durante esta primera parte de la noche tenemos mayor porcentaje de sueño profundo, que es cuando suceden los terrores nocturnos. Además, la forma en la que aparecen en el peque es totalmente diferente entre las pesadillas y los terrores, y quiero explicarte exactamente qué es lo que sucede para que sepas diferenciarlos.

En el terror nocturno, el peque se suele poner sentado de una forma inesperada. Está agitado y gritando o balbuceando. No está claro lo que dice. Tiene los ojos abiertos, pero no te queda claro que te esté viendo. Si le hablas, parece que no te contesta directamente a ti y es que de hecho no lo hace. Pero como balbucea y habla, te puede confundir. Puede tener sudoración y agitación y ves que tu hijo no responde a ninguna de tus preguntas como lo haría de forma habitual. Es más, si alguna vez le has cogido y le has intentado calmar, puede ser que todo haya empeorado.

Lo que realmente le sucede es que está dentro de una parasomnia. Él no sabe que eso le está sucediendo. No te contesta de forma clara, porque en realidad no te está viendo ni escuchando. Para que entiendas a lo que me refiero, es como si fuera un escalón por debajo del sonambulismo.

Sus ojos están abiertos, pero él no te ve, tampoco te oye. Lo peor que puedes hacer es intentar calmarlo cogiéndole o hablándole o cogiéndole en brazos y sacándole de la habitación. Ahí lo que sucede es que le puedes despertar y tú imagínate lo que debe sentir ese peque cuando se encuentra en los brazos de mamá o papá con la cara de ese mamá o esa papá muy angustiada, porque la verdad es que el terror nocturno angustia, que no sabe lo que está sucediendo.

Él se encuentra con sudor, agitado, vamos, que se asusta, se asusta muchísimo. Incluso eso puede derivar en una rabieta.

El terror nocturno, tal y como se inicia de forma repentina, también desaparece de la misma forma. Puede durar entre un minuto, dos minutos, hasta 15 o 20 minutos. Pero tranquila, porque de repente se tumba y se pone a dormir de forma profunda, como si nada hubiera sucedido.

Si crees que tu peque tiene terrores nocturnos, ponte a su lado con una voz muy débil y le dices «Soy mamá o soy papá» y poco más. Puedes intentar acariciarle un poco, pero hay algunos pequeños que tampoco les va bien eso y se agitan más. Al día siguiente tu peque no va a recordar absolutamente nada.

Y dime, Alicia, ¿qué hago si mi peque tiene una pesadilla? Para que sepas que es una pesadilla, hay algo que es muy obvio. Acudes y tu peque te ve, te contesta. Normalmente, a lo mejor acudes porque le estás escuchando gritar y está con los ojos cerrados. Si está con los ojos cerrados, eso es una pesadilla. A veces te ve, te contesta e incluso te quiere explicar lo que estaba soñando. Al día siguiente él sí va a saber que ha tenido una pesadilla. Incluso puede recordar toda la pesadilla completa o alguna parte de ella. Las pesadillas hay que atenderlas siempre. Quédate a su lado y cálmale, que sepa que se encuentra en un entorno de seguridad. No es el momento durante la noche de resolverla, de preguntar qué está sucediendo, qué está soñando, para que no le indiquemos a su cerebro que siga recordando ese momento.

Simplemente ponte a su lado, cálmate, dile que estás allí y que no se preocupe que es hora de dormir. Eso le va a ayudar muchísimo.

A nivel general, estos pequeños hablan mucho de monstruos y de cosas que ven. Los monstruos no existen de ninguna manera. Si no existen, no se les mata ni se les hace desaparecer. Es decir, no hay sprays ni polvos mágicos matamonstruos. No los uses. Lo digo porque he visto de todo. Incluso en internet se venden sprays mata monstruos. No hay nada que los mate porque no existen. No hay que dar esa opción al cerebro del peque para que pueda generar sus propias pesadillas con monstruos.

Las pesadillas pueden tener un repunte en el cambio estacional de la primavera, como ya te he contado en otro post. Por supuesto, si el peque tiene algo emocional que le esté preocupando o algún tipo de pico de estrés que por algún motivo le esté generando más estrés, pues tendrá un pico también de pesadillas. Pero esto es exactamente igual que los adultos. Si  nosotros tenemos un pico de estrés o tenemos algo que nos está preocupando mucho o algo que está sucediendo en nuestra vida que no es para nada positivo, al final también nos incide en la noche.

En el caso de los terrenos nocturnos, la mayoría suceden por un sobre cansancio. Pero si tu peque los tiene de forma continuada, cada día, a la misma hora, y sabes que todos sus horarios y sus necesidades de descanso están bien cubiertas, hay que evaluarlo para ver cuál es la causa y eliminarlos. Porque al final, aunque ellos no se acuerden, los sufren. Y la verdad es que su cuerpo no está teniendo todo el descanso óptimo que tiene. No pasa nada si tiene terror nocturnos esporádicos. Pero si se mantiene en el tiempo, al final ese cuerpo también está mal descansado. Por lo tanto, hay que ver qué está sucediendo, evaluarlo y eliminarlo.
Espero que estos pequeños resúmenes de lo que son pesadillas y terrores nocturnos te han dejado bien claro qué es lo que sucede en cada momento y que sepas diferenciarlos. Y como ya te he recomendado, las pesadillas siempre hay que  atenderlas. Los terrores nocturnos los puedes calmar muy tenuemente con la voz, pero cuidado, no le despiertes. Y si tu peque tiene terrores nocturnos de forma continuada, siempre a la misma hora, pide ayuda, porque eso hay que evaluarlo, buscar las causas y eliminarlos.