Las vacaciones de verano son un momento esperado durante todo el año: sol, playa, mar, piscina y tal vez montaña. O ese tan anhelado viaje que tanto deseas hacer. Pero si estas son tus primeras o segundas vacaciones de verano con un bebé, hoy te compartiré seis consejos negativos para que disfrutes de unas vacaciones lo más tranquilas posible, especialmente si tu pequeño tiene dificultades para dormir. Toma papel y lápiz o tu teléfono y teclado, porque quiero que tengas en cuenta las seis cosas que debes evitar para que la situación no empeore.
1. No descuides el ambiente de sueño:
Proporcionar un entorno adecuado para el sueño es fundamental, incluso durante las vacaciones. Asegúrate de que la habitación donde tu bebé va a dormir sea tranquila, oscura y con una temperatura agradable. Ten precaución con el calor, especialmente si te encuentras en destinos cálidos. Mantén la temperatura entre 20 y 23 grados Celsius y la humedad alrededor del 60 por ciento. Puedes utilizar cortinas opacas, toallas en las ventanas o cubrir los cristales con cartulinas negras para crear un ambiente similar al de su habitación en casa, evitando que la luz del sol dificulte su descanso. Si te alojas en un hotel, solicita una habitación tranquila, lejos de zonas ruidosas como ascensores, piscinas o restaurantes. Si estás en una casa de alquiler, organiza una zona de descanso similar a la que tu bebé está acostumbrado, separada de los espacios comunes.
2. No te olvides de las siestas:
Durante las vacaciones, es tentador querer aprovechar al máximo el tiempo y llenarlo de actividades. Sin embargo, es importante que respetes las siestas de tu bebé y sus rutinas. Planifica las actividades teniendo en cuenta sus momentos de descanso. Un bebé cansado es un bebé irritable y con dificultades para dormir. Si tienes planeada una excursión por la mañana, asegúrate de que tu bebé pueda tomar la siesta en su cochecito o en un lugar tranquilo si lo necesita. Recuerda respetar sus siestas y rutinas.
3. No expongas a tu bebé al sol y al calor excesivo:
En verano, es tentador disfrutar de la playa o la piscina. Sin embargo, es crucial proteger a tu bebé no solo del sol, sino también del calor. Recuerda que su piel es delicada y que los bebés son propensos a deshidratarse. Evita salir durante las horas más calurosas del día y busca lugares sombreados para las actividades al aire libre.
4. No descuides una alimentación adecuada:
La alimentación puede influir en el sueño de tu bebé, especialmente durante los primeros dos años de vida. Si aún se encuentra en etapa de lactancia exclusiva, ya sea pecho o biberón, recuerda alimentarlo con mayor frecuencia, ya que también le proporciona hidratación. Si tu bebé ya consume alimentos complementarios, mantén su rutina de alimentación y evita comidas copiosas cerca
de la hora de dormir. Evita darle alimentos pesados o difíciles de digerir antes de acostarlo, ya que esto podría causar malestar digestivo y dificultar su sueño. Además, asegúrate de que tu bebé esté adecuadamente hidratado durante las vacaciones, especialmente en climas cálidos. Ofrece agua con frecuencia y evita el exceso de exposición al sol, ya que esto puede aumentar la necesidad de líquidos.
5. No descuides la rutina de sueño:
Mantener una rutina de sueño consistente puede ser especialmente importante durante las vacaciones. Aunque es comprensible que desees aprovechar al máximo tu tiempo libre, trata de mantener los horarios de dormir y despertar de tu bebé lo más cercanos posible a su rutina habitual. Esto ayudará a que se sienta más seguro y cómodo, lo que facilitará su proceso de conciliación del sueño. Si es posible, intenta recrear su rutina de antes de acostarse, como darle un baño relajante, leer un cuento o cantar una canción antes de dormir.
6. No olvides llevar elementos familiares:
Para que tu bebé se sienta más cómodo durante las vacaciones, considera llevar algunos elementos familiares que le resulten reconfortantes, como su manta favorita, su juguete preferido o incluso su pijama habitual. Estos objetos familiares pueden ayudar a crear un ambiente familiar y acogedor, lo que contribuirá a que tu bebé se sienta más seguro y relajado a la hora de dormir.
Conclusión:
Al seguir estos consejos, podrás disfrutar de unas vacaciones de verano más tranquilas con tu bebé. Recuerda que cada niño es diferente, por lo que es importante adaptar estos consejos a las necesidades individuales de tu pequeño. Escucha a tu bebé y respeta sus señales de cansancio y comodidad. Si bien es normal que haya algunos ajustes durante las vacaciones, mantener una rutina y un entorno adecuado para el sueño ayudará a que tu bebé descanse mejor y todos puedan disfrutar de unas vacaciones relajantes. ¡Que tengas unas felices y tranquilas vacaciones de verano con tu bebé!