En el episodio de hoy te respondo a una pregunta que me hacen mucho: ¿qué es mejor, baño, cena y a dormir, o cena, baño y a dormir?
¿Depende de la edad?
En primer lugar, te aclaro que estamos suponiendo que el baño está dentro de la rutina de irse a dormir, lo cual no necesariamente tiene que ser así. La mejor rutina para irse a dormir es aquella que funciona para tu pequeño y para vosotros como familia. Si el baño es por la mañana, no hay problema. Pero vamos a asumir que el baño forma parte de la rutina de irse a dormir.
¿Depende de la energía del baño?
Entonces, ¿qué es mejor? Pues, como todo lo relacionado con nuestros peques, depende. ¿Y de qué depende? Pues depende de la edad de tu pequeño y de la energía que le transmita ese momento del baño.
Aquí debes tener claro que cada pequeño es único. Repito, cada uno es único. ¿Por qué digo esto? Porque aunque tu prima, amiga, conocida o vecina tenga una rutina específica, no significa que deba ser la misma que funcione con tu pequeño. A menudo nos comparamos y nos dejamos aconsejar sin analizar exactamente qué es lo que le va mejor a nuestro peque.
Dicho esto, responderé esta pregunta con otra pregunta. ¿El baño relaja o estimula a tu pequeño? Ahí está la clave.
¿El baño relaja o estimula?
Hay peques que quedan superrelajados después del baño. En ese caso, la mejor opción es tener el baño como parte de la rutina antes de dormir, es decir, cena, baño y a dormir.
Pero si tu pequeño se emociona, se divierte mucho y el baño es una actividad llena de energía, entonces es mejor realizarlo antes de la cena.
¿Qué hacer si el baño estimula?
Si a tu hijo le genera estimulación y energía el baño, te aconsejo que compres uno de esos baberos con mangas que le cubran todo el cuerpo para cenar. Después, le puedes hacer una lavadita de manos y de cara antes de irse a dormir.
Si tu pequeño se divierte mucho en el baño y es toda una juerga, no es bueno ponerlo antes de dormir, ya que su cerebro no ha tenido tiempo de calmarse. Recuerda que dos horas antes de la hora de dormir deben tener actividades tranquilas. Y si el baño, dentro de esas actividades, le sobreestimula y lo pone alterado, no es una actividad tranquila, sino una actividad con mucha energía. Así que hazlo antes de la cena.
¿Lo más importante?
Dicho esto, lo más importante es que la rutina se repita a lo largo del tiempo, de lunes a domingo. No olvides que, aunque sea sábado o domingo, la rutina sigue siendo crucial. Ya tendrás tiempo de ser flexible.
Si tu pequeño es un mal dormidor, no le vendrá bien que te saltes los pasos de su rutina para irse a dormir.
Entiendo que a veces no le das un baño diario porque te aconsejan no usar jabón o no bañarlo todos los días por temas de piel. No hay problema. Si no quieres usar jabón, está bien, pero la rutina del baño debe ser diaria en el mismo paso. A menos que el pediatra lo indique de manera diferente por temas dermatológicos u otros asuntos pediátricos. Si tiene la piel atópica o sensible, tampoco importa, puedes darle un baño solo con agua.
Ten en cuenta que tu pequeño no tiene ni idea de qué es el espacio y el tiempo.
No sabe qué hora es ni qué está sucediendo. Nosotros vivimos pendientes del reloj, ya sea en la muñeca, en el ordenador o colgado en la pared, y sabemos cuándo es la hora de comer.
Para él, lo único que le dice a su cerebro que algo va a suceder es que esas rutinas se repitan en el tiempo. Esto genera asociaciones y le enseña lo que va a pasar, como que después del baño viene la cena y luego la hora de dormir.
Conclusión
Elige la rutina que mejor le vaya a tu pequeño, teniendo en cuenta la energía del baño, si lo relaja o lo excita, y aplícala siempre en el mismo paso, de la misma manera. Esto le ayudará a que su cerebro asocie que es momento de empezar a relajarse, porque es momento de irse a dormir.